Ha Florencia llegó el tenebroso ESMAD con la orden de aplastar violentamente la concentración de miles de labriegos que adelantan una huelga para exigir sus derechos sociales, económicos y políticos vulnerados por el Estado y los grandes terratenientes. Solidaridad con los labriegos.
En Colombia el paro agrario no es uno solo. Hay dos.
Uno es el de los pequeños y medianos propietarios que promueven las denominadas "dignidades" (cafetera, arrocera, papera, cacaoteray panelera) que el gobierno intenta disolver con pañitos de agua tibia y con medidas inocuas para engañar a los campesinos de Boyaca, Cundinamarca, Cauca, Antioquia, Eje Cafetero y Nariño. Para ese campo de la protesta se está promoviendo con gran despliegue un Pacto rural que busca favorecer la locomotora agro industrial y los poderosos empresarios rurales que han despojado millones de hectáreas de los baldíos nacionales.
El Pacto agrario de Santos es un montaje que, mas temprano que tarde, los labriegos develaran, obligando su regreso al bloqueo de carreteras y a la confrontación con los dispositivos policiales del gobierno.
El otro es el paro de los campesinos pobres de las zonas de reciente colonización agraria. Son miles de personas en condiciones de miseria que organizados y liderados por sindicatos y asociaciones agrarias que tienen como eje a Fensuagro y la Mia, adelantan su protesta con paros y bloqueos de ciudades y carreteras para obligar una negociación efectiva de sus pliegos de peticiones.
En Florencia, capital del Caqueta, más de 15 mil campesinos están concentrados desde el 19 de agosto exigiendo se les atienda y resuelvan sus agudos problemas. Ellos demandan medidas de protección a la producción lechera, reforma agraria, organización de las zonas de reserva campesina, programas alternativos de sustitución de cultivos ilícitos y reconocimiento de los derechos civiles y políticos democráticos.
El señor Santos ha hecho oídos sordos a todas estas reivindicaciones y su posición es de fuerza y amenaza.
Ya han desembarcado varios aviones hércules en el aeropuerto de Florencia con centenares de miembros del Escuadrón Antidisturbios de la Policía/ESMAD que tienen la orden de la Casa de Nariño, para que conjuntamente con el ejército, asalten y destruyan la concentración popular campesina.
Ocurrirá lo del Catatumbo hace un mes. El equipo policial terrorista se descargara con toda su capacidad de fuego para barrer con los humildes campesinos, dejando heridos, lesionados, mutilados y muertos a su paso. Ese es el verdadero rostro de la politica oligárquica del señor Santos, experto en dar bandazos y en hacer equilibrios para mantenerse en el poder.
Se requiere de la solidaridad y el apoyo de todos los colombianos, de los organismos de derechos humanos, de los medios alternativos de comunicación y de la comunidad progresista internacional.
No a la represión y a la violencia contra los campesinos del Caqueta.
Si al diálogo y la solución pacífica de los pliegos agrarios.
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