domingo, 24 de febrero de 2013

Un terrorista fascista formador de la policía española



Muchos veteranos de la lucha antifranquista siguen tristemente fichados en los siniestros archivos de la policía. Su heroica lucha clandestina durante  40 años de crímenes y oscuridad, los inmensos sufrimientos para construir un sistema de libertades, parecen no haber servido para nada. Los esbirros del régimen nos sigue vigilando con sus controles secretos, sus palizas y malos tratos. Contando entre sus recursos humanos con nauseabundos criminales, como el asesino de Yolanda González, un neonazi de Fuerza Nueva, juzgado y condenado a 43 años de cárcel, por asesinar de dos disparos en la cabeza a esta jovencísima militante del Partido Socialista de los Trabajadores (PST) en el año 1.982.
 
Un criminal que ha estado los últimos años en nómina de las fuerzas de seguridad del estado en casos judicializados, además de ser formador de los agentes en técnicas forenses de espionaje y rastreo informático, todo con el beneplácito y autorización del Ministerio del Interior, tanto de los gobiernos del sumiso y cobarde Zapatero, como del actual y sobrecogido presidente Rajoy.
 
El montaje traidor de la llamada “transición democrática” dejó todo atado y bien atado, tal como quiso el genocida dictador, colocando en el poder a un rey amigo del régimen y de la buena vida, fiel colaborador de milicos, empresarios millonarios y otras inmundicias de la “España de las maravillas”, para los pocos delincuentes que se han enriquecido robando durante la dictadura, quedándose con las propiedades de los republicanos asesinados y represaliados.
 
Este imperio mafioso y del crimen iniciado en el año 1.936, supuso una de las mayores tragedias de la historia de este saqueado país, donde una serie de criminales se organizaron junto a la iglesia católica, la oligarquía y los sectores más reaccionarios de la sociedad española de aquellos años, planificando y ejecutando un genocidio programado, que fue la antesala del nazismo y sus millones de asesinatos en toda Europa.
 
La brutal represión policial en las manifestaciones de los últimos años en el estado español, confirman su progresiva degradación hacia la violencia ilimitada contra la ciudadanía, que certificaron cuando en Valencia golpearon salvajemente a cientos de menores estudiantes de enseñanza secundaria del Instituto Lluís Vives, a los que cierto jefe policial llamó vergonzosamente “el enemigo”.
 
Ahora ya les vale todo, se les nota en sus permanentes caras de odio y van a por todas en cualquier movilización, deteniendo irregularmente, golpeando, aporreando a un pueblo que no puede más, que ya no aguanta las políticas de un gobierno desprestigiado en todo el mundo por los constantes escándalos de corrupción, sus recortes salvajes, sus privatizaciones y otros desmanes a la siciliana, más propios de corruptas repúblicas bananeras, que de una democracia consolidada y moderna.
 
La impunidad y el atropello de derechos fundamentales, parecen ser la tónica general de estos herederos del franquismo que gobiernan España desde el vergonzoso bipartidismo. Un pactado reparto del poder cada 4 u 8 años, dependiendo del desgaste que sufra el partido gobernante, echándose una manita con prebendas, favores y acuerdos secretos a espaldas de la sufrida ciudadanía. Ilegales reformas constitucionales y otras sucias maniobras, para seguir beneficiando al poder financiero y esquilmando al mismo pueblo que los ha votado, destrozando su calidad de vida y el futuro de millones de personas desoladas y arruinadas.
 
Esta es la cruda realidad y ese presunto brindis con champán del rey Borbón junto a sus familiares la noche del 23F de 1981, según afirmó estos días el senador del PNV, Iñaki Anasagasti, citando las memorias de Sabino Fernández Campos (antiguo secretario de la Casa Real), definen a la perfección la gran mentira en la que vivimos.
 
El mundo al revés, donde parece que todos roban, desde antiguos y modernos presidentes, maridos de ministras, ex ministros y hasta el conspicuo y diabólico tesorero, repartidor de sobres de avaricia y prepotencia.
 
Un perfecto sistema represor donde terroristas facciosos forman a la policía de esta presunta “democracia”, dirigiendo el seguimiento informático de quienes nos salgamos del plato de esta estafa de sistema político.
 
Las vidas de los otros, de las otras, están en el punto de mira de estos sinvergüenzas, ya nadie se escapa de sus particulares espionajes y represiones salvajes.
 
¿Serán capaces de repetir el genocidio o ya lo están ejecutando?
 
 

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